Terapias que se adaptan a ti.
Terapias que se adaptan a ti.
Comienzas un proceso de trabajo interior y evolución personal - por ello tendrás que comprometerte a dedicar tiempo y energía para escucharte, dejar atrás lo que ya no te sirve y tomar nuevos caminos.
Yo me comprometo a crear un ambiente donde te sientas seguro y protegido y adaptar la terapia y las herramientas que mejor se ajusten a tus necesidades y al momento en que te encuentras.
-
El Modelo Aleceia de Integración y Reprocesamiento del Trauma es una integración, creada por Mario C. Salvador y Carmen Cuenca, de las metodologías y conocimientos más actuales de la psicoterapia orientada al tratamiento del trauma emocional que incorpora:
El empleo de la relación terapéutica en sintonía plena para construir un ambiente de seguridad en el que ayudar al cliente a explorar y conectar con el mundo interno anteriormente evitado.
El Mindfulness o autobservación en conciencia plena con una mirada compasiva hacia la propia experiencia.
Las aportaciones de la Neurociencia aplicados a la curación del trauma (principalmente la Neurobiología Interpersonal, la Teoría Polivagal y la Epigenética).
La teoría del apego y su efecto en la construcción de nuestros mecanismos de afrontamiento en la vida.
El abordaje de la disociación y la fragmentación del Yo en el trabajo con las partes.
La psicotraumatología perinatal y la perspectiva sistémica y transgeneracional del trauma.
El Modelo Aleceia parte de la construcción de un ambiente seguro en la relación terapéutica para ayudar a la persona a colocarse en un estado de auto observación compasiva para acoger la historia que aún está activa en el presente con el propósito de que finalmente puede expresarse, completarse, transformarse y consolidarse en un nuevo modo de percepción de uno mismo y la vida.
Cuando el trauma viene de una traumatización crónica la persona experimentará frecuentemente un mundo interno dividido en diferentes partes del yo; Aleceia trabaja con el sistema interno de partes bajo el principio de que todo lo que fue organizado internamente fue con una intención positiva de ayuda a la supervivencia. De este modo se ayuda a construir un ambiente de amistad interna y un nuevo vínculo compasivo con la propia experiencia para poder finalmente re-apropiarla y transformarla, dando paso a la emergencia de las cualidades que nos hacen más profundamente humanos. Se coloca el centro de la curación dentro de la propia persona, asumiendo que nuestro cerebro y nuestro organismo dispone de la capacidad de curarse a sí mismo.
El Modelo Aleceia es un modelo de terapia esencial y experiencial que busca el procesamiento de la experiencia desde el cuerpo (lo somatosensorial) hacia la consciencia. Como modelo orientado a la cura del trauma es apto para todo tipo de condiciones de malestar emocional y síntomas físicos como expresión de una parte de la personalidad disociada que puede estar manifestándose en él. En el modelo de trauma asumimos que toda disfunción está fundamentada en las experiencias traumáticas que no han podido ser metabolizadas e integradas hasta el momento presente y que han sido fuente de desregulación psico-neuro-biológica en la persona.
-
La terapia de Sistema de la Familia Interna (IFS, por sus siglas en inglés: Internal Family Systems) es un reciente modelo terapéutico desarrollado por el psicólogo Richard Schwartz.
Este modelo abre una perspectiva nueva desde la que nos podemos entender a nosotros mismos. Esta terapia recibe este nombre debido a que entiende que cada individuo está formado por una familia de partes, que interactúan entre ellas y que viven dentro de él - se entienden como divisiones naturales de la personalidad.
A diferencia de otros modelos terapéuticos, el IFS (Sistema de la Familia Interna) no se mueve a través de etiquetas diagnosticas, sino que profundiza en los recursos internos que pueda tener cada uno para resolver sus problemas, aunque puedan estar bloqueados por mecanismos de defensa inconscientes ante experiencias del pasado o del presente.
Los pilares de la IFS:
La base de la terapia IFS -Sistema de la Familia Interna- reside en la compasión, el respeto y la aceptación. Su trabajo consiste en promover una relación armoniosa entre las partes que nos forman.
Este modelo terapéutico se basa en la teoría de la multiplicidad de la mente, sustentada a través de terapias neurocognitivas. Consiste en entender estar partes como subpersonalidades completas. Autores como Roberto Assagioli (psiquiatra italiano) o Carl Jung (psicoanalista), avalaban dicha teoría. Este último decía que “existen cosas en la psique que yo no he producido, sino que ellas se han producido a sí mismas y tienen una vida propia… tienen un cierto grado de autonomía, una identidad diferenciada propia”. Hay neurólogos que han reconocido la multiplicidad existente en la mente humana normal y han elaborado sus propias teorías: “estados de la mente” “modos de la mente”. Estaríamos hablando de nuestro niño interior o de nuestra crítica inerna como seres interiores auténticos y diferenciados.
En el Sistema de la Familia Interna, las partes se entienden como identidades en sí mismas, con sus propios pensamientos, creencias, motivaciones y recuerdos.
Estamos formados por partes y es muy importante saber que hay una de ellas a la que llamamos Self (“Yo”) que tendrá el papel principal en nuestra vida y es aquella desde la que nos vamos a dirigir al resto de partes. Tiene una naturaleza esencial, caracterizada por rasgos como la compasión, la calma, la claridad, la curiosidad y la confianza, que nos ayudará a relacionarnos desde una perspectiva más compasiva y curiosa hacia el resto de partes.
-
La terapia transgeneracional se refiere a aquello material o inmaterial que nos une a las generaciones que no hemos conocido, a los familiares con los que no hemos convivido, a los antepasados cercanos o remotos de los cuales descendemos o nuestros familiares dependieron de sus cuidados.
Lo transgeneracional es aquello que tú tienes, experimentas, sientes o piensas como consecuencia de la experiencia que tuvo otro pariente antes de que tú existieras y que te ha sido transmitido mediante la genética o la educación.
La epigenética y el transgeneracional
Heredamos material genético, como la forma de los ojos, el color del pelo o la pigmentación de la piel. Y además, heredamos contenido epigenético: experiencias de parientes más o menos lejanos que asoman en la actualidad y llegan incluso a modificar el comportamiento de nuestros genes. Este último legado constituye el centro de interés de la terapéutica transgeneracional. Para abordarlo, aplica un método que comprende los siguientes pasos:
Investigar la etiología del trastorno en el árbol genealógico.
Conectar con esas emociones que se han quedado grabadas en el ADN.
Liberarlas y darles otro sentido, de modo que se desactive el bloqueo.
Se trata, por tanto, de una técnica que trabaja con el inconsciente biológico y emocional, más allá de la mente racional.
-
Las Constelaciones Familiares son un tipo de Terapia Sistémica Familiar desarrollada por Bert Hellinger. Una terapia que se enfoca en los conflictos psicológicos originados en nuestra historia y relación familiar. El método se fundamenta en trabajar en un grupo en el que cada persona representa a un miembro de la familia de quien está constelando. También puede trabajarse en sesiones individuales valiéndose de objetos como papeles, muñecos o fotos que representarán a los miembros familiares. El alcance del trabajo no solo se limita a la persona que ha hecho su constelación, sino también a su sistema familiar, ya que cuando un elemento del sistema se mueve, todos se recolocan a su vez, encontrando un mejor equilibrio.
Bert Hellinger fue el fundador de las constelaciones familiares en su trabajo con el análisis de guiones, le llevó a descubrir que algunos de los guiones que funcionan en las personas, pasan de generación en generación y se manifiestan en sistemas de relación familiar. Durante este periodo, fue dándose cuenta de las dinámicas de identificación dentro del sistema familiar, como, por ejemplo:
Las lealtades invisibles.
El equilibrio entre el dar y el tomar en las relaciones familiares.
La importancia de la jerarquía y el orden en las familias.
A través de la experimentación y la integración de todas estas formas de terapia, llegó a desarrollar su propia terapia familiar sistémica que le ha valido para lograr el reconocimiento profesional como uno de los terapeutas claves de la psicoterapia actual.
LAS 3 LEYES SISTÉMICAS QUE HAY QUE TENER MUY EN CUENTA
Lo que quiero compartir contigo para que tengas muy en cuenta en tu momento vital: las 3 leyes que debes conocer. Así, puedes observar si hay alguna ley que no se cumpla en en tu sistema familiar que te esté impidiendo fluir de forma natural y espontánea en la vida.
Ley de Pertenencia.
Todos los elementos o personas de un Sistema tienen el mismo derecho a su pertenencia. Todo miembro de un sistema no puede ser excluido de él. Si un elemento de un sistema excluye a otro, los demás miembros del sistema llevarán cargas especiales para poder mantener en equilibrio el mismo.
Ley de Orden.
Todos los elementos de un Sistema están sujetos a una jerarquía de acuerdo al tiempo en que llegaron al Sistema. Aquellos que vinieron antes tienen una mayor jerarquía sobre los que llegaron después.
Ley de Equilibrio.
Tiene que haber un equilibrio siempre entre el dar y el recibir. Todos los sistemas tienen la tendencia y la necesidad de equilibrarse. Toda relación entre iguales está sujeta a esta ley.
Con este trabajo puedes lograr, una y otra vez, traer a la luz lo oculto y hacer visible la causa de determinados conflictos. La realidad aceptada es liberadora, disuelve las implicaciones en viejas ilusiones y abre paso a la reconciliación.
A menudo, la vivencia emocional y la profunda comprensión en la Constelación te cambian el sentir de ti hacia los otros miembros del sistema. Así puedes empezar a romper con patrones y hábitos antiguos, provocado cambios en tu comportamiento. De esta manera puedes encontrar el camino hacia un movimiento de aceptación del propio destino y el reconocimiento de su lugar dentro de tu sistema.
-
a kinesiología holística es un tipo de terapia manual que realiza una evaluación de la respuesta de los músculos para así detectar, prevenir y tratar la presencia de alteraciones o desequilibrios en el paciente.
La kinesiología contempla al ser humano como un entramado de estructuras físicas, bioquímicas, emocionales y energía que están interconectadas. Su principal objetivo es recuperar la capacidad del organismo para sanarse. Además del Arm Reflex, puntualmente se sirve de los test musculares propios de la kinesiología aplicada, para buscar información sobre el problema del organismo.
La Kinesiologías emocional se define como una combinación de técnicas destinadas a detectar los bloqueos emocionales y conductuales que generan inseguridad en el paciente.
-
La terapia somática nos ayuda a comprender y a favorecer una correcta armonía entre cuerpo, mente y emociones. Tomar conciencia de nuestras experiencias somáticas nos puede ayudar a sanar traumas y emociones enquistadas. Estamos ante un tipo de enfoque psicobiológico donde se integra la conciencia corporal en el proceso psicoterapéutico.
Se parte de la idea de que todo trauma, todo hecho complejo, problema o preocupación genera un impacto en el sistema nervioso autónomo.
Esas emociones complejas lejos de disolverse con el tiempo, se somatizan en nuestro organismo. Y lo hacen en forma de problemas digestivos, desequilibrios hormonales, en el sistema inmunitario, en dolores musculares, cefaleas, alergias…
El objetivo del terapeuta es facilitar una homeostasis. Es decir, lograr que haya una sintonía mente-cuerpo, ahí donde nada duela, ahí donde nada enturbie nuestra capacidad de desenvolvernos en el presente sin el peso del pasado.
En las sesiones de terapia somática se facilita y se ofrecen herramientas para que el paciente pueda detectar cada sensación que acontece en su cuerpo.
Asimismo, la terapia somática se diferencia de la terapia cognitiva en que la intervención va desde el cuerpo hasta la mente. Desvelar y comprender esas sensaciones internas, tanto viscerales (interocepción) como musculoesqueléticas (propiocepción y cinestesia) permite al terapeuta ir después hasta las realidades emocionales.
-
Son aquellos sucesos, emociones, pensamientos y cambios fisiológicos (como el cortisol alto debido al estrés de la madre) que generan en el embrión una marca gestacional. Esta marca llamada memoria se graba en cada una de sus células a través de una interpretación no racional sobre lo que pasó.
Muchos de los traumas que nos acechan tienen su origen en las memorias prenatales (vida intrauterina) y nacimiento qué influyen en nuestro momento y estado actual. Rescatando del subconsciente la información necesaria podemos liberar, transformar y sanar dichos traumas, creencias, patrones y emociones. Por ello resulta crucial abordar con especial interés esta temática.
-
¿Sabías que muchas de las personas que nacen solas empezaron su vida acompañadas de un hermano o hermana que murió durante el embarazo y desapareció sin dejar rastro? ¿Y sabías que la frecuencia con que esto sucede es asombrosamente alta?
Es un hecho conocido y comprobado por la ciencia desde hace ya varias décadas que, según las estimaciones más conservadoras, un 10% de los bebés que nacen solos empezaron su vida en un embarazo gemelar y perdieron a su hermano durante la gestación.
Hasta fechas muy recientes este fenómeno era pura estadística. Solo desde hace unos pocos años la psicología se está interesando por las huellas que esta experiencia deja en el gemelo superviviente. ¿Qué consecuencias puede tener para una persona el hecho de pasar las primeras semanas o meses junto a un gemelo en el útero y después sufrir la pérdida y nacer sola? ¿De qué manera puede elaborarlo e integrarlo cuando, además, a menudo este hecho es ignorado y está relegado a las capas inconscientes de nuestro ser?
-
La teoría del apego, propuesta por John Bowlby (1969-1980), hace referencia al vínculo afectivo de carácter innato establecido entre el niño y su cuidador. El apego no solo cumple una función evolutiva básica de cara asegurar la supervivencia, sino que resulta la base del desarrollo afectivo. Persigue brindar seguridad al niño y se caracteriza, en lo conductual, por oscilar entre la exploración activa del entorno y el regreso al cuidador ante una amenaza percibida buscando, en esas circunstancias, obtener seguridad y consuelo.
El apego conforma la base sobre la que el humano aprenderá a relacionarse con los demás, a autorregularse y a desarrollar su capacidad de mentalización (de sí mismo y del otro), afectando, por tanto, a sus futuras maneras de sentir, pensar y actuar entre otros aspectos.
EL APEGO EN LA INFANCIA
En base a los pioneros trabajos de Ainsworth et al. (1978) se han descrito cuatro tipos de apego básicos en la infancia, según las conductas que se observaron en relación con sus cuidadores. Estos cuatro tipos se describieron como apego seguro vs inseguro, diferenciándose este segundo en evitativo, ambivalente y desorganizado. Los primeros desarrollan estrategias de apego primarias o seguras (buscar la figura de apego y usarla como base segura) y los segundos suelen desarrollar estrategias secundarias o inseguras (de hipoactivación, hiperactivación o desorganización según el tipo de conductas observadas) (Main, 1990).
1. Apego seguro en la infancia
La primera categoría es el apego seguro; son niños capaces de manera consistente de explorar el entorno desde la seguridad percibida y de buscar consuelo en el vínculo ante una amenaza potencial. Si bien pueden angustiarse moderadamente al separarse de su cuidador, se tranquilizan rápidamente en el reencuentro y pueden volver a jugar rápido. Se sienten cómodos ante la cercanía del otro y la intimidad, confiando en que si manifiestan unas necesidades estas serán cubiertas. Sus cuidadores, en este caso, se caracterizan por estar atentos y receptivos a sus señales y necesidades. Se produce un acercamiento y un consuelo cuando el bebé llora (mostrando una elevada sensibilidad, aceptación y disponibilidad emocional) que no se prolongaban más de lo necesario ni se forzaban (no llegando a la invasión o la sobreprotección).
2. Apego inseguro en la infancia
Apego ambivalente o ansioso en la infancia
En los niños con un apego ambivalente/ansioso se observan dos tipos de respuestas en el reencuentro con la madre: los enfadados, que pasan de la apertura activa al rechazo de la madre, y los pasivos, que parecen indefensos y superados por la situación pese al reencuentro. El denominador común es la elevada angustia que genera la separación, pues no logra ser consolada incluso después del reencuentro, como si, aún en presencia de la madre, ellos siguieran buscando “una madre que no estaba”. Este funcionamiento era prototípico en niños con cuidadores disponibles, pero de manera imprevisible y ocasional o controladora y no sensible a sus necesidades. De esta manera, aprenden, inconscientemente, a “hiperactivar” la conducta de apego, temiendo, constantemente, la imprevisible separación y haciendo lo posible para que no ocurra.
Apego evitativo en la infancia
Los niños con apego evitativo se caracterizan por una incesante exploración del entorno junto a una cierta indiferencia y evitación activa ante el regreso o presencia de sus cuidadores. Si bien hay una falta de angustia aparente a la ausencia de los cuidadores, a nivel fisiológico sí se observan alteraciones (ritmo cardíaco o niveles de cortisol elevados). Esto se ha interpretado como que, pese a la aparente indiferencia de estos niños, sí hay un sufrimiento. Lo que observamos es una estrategia de regulación que en este caso pasa por una “hipoactivación” del apego: estos niños han aprendido, normalmente ante padres que inhiben la expresión emocional y rechazaban el contacto físico, a renunciar a este apego y cercanía reduciendo activamente su interés o búsqueda.
Apego desorganizado en la infancia
La última categoría del tipo inseguro es el desorganizado, en el que predominan conductas contradictorias junto a reacciones que recuerdan a la disociación o a estados de trance. Suele darse en hogares con elevados niveles de agresividad (historias con traumas o violencia), con padres que actúan desde la ira o que, desde su propio apego desorganizado, se ven invadidos por el miedo o la disociación ante las necesidades del niño. De esta manera el lugar que, a priori, debería ser seguro se convierte en no-seguro o, incluso, amenazador, experimentado una especie de “miedo sin solución” y no pudiendo armar estrategias organizadas y consistentes de apego.
EL APEGO EN LA ADULTEZ
Estos estilos de apegos observados en la infancia se mantienen con una muy elevada fiabilidad durante la adultez. La persona internaliza los modelos de relación con el otro y los reproduce en su etapa adulta. Bowlby concebía estas representaciones del yo y del otro creadas en el contexto de apego como Modelos Operativos Internos (MOI) (Bowlby, 1973). Estos MOI nos sirven para generalizar nuestro conocimiento relacional, anticipar la conducta del otro actuando en consecuencia y se expresan de manera distinta según el tipo de apego.
1. Apego seguro en la adultez
Los adultos con un apego seguro se caracterizan por una elevada apertura y flexibilidad a la experiencia. Por lo general, sostienen una visión de ellos mismos y de los demás positiva, percibiéndose a sí mismos como valiosos y merecedores de apoyo y amor y a los demás como sostenedores a quienes pueden recurrir si necesitan ayuda o con quien pueden intimar y compartir sus experiencias o dificultades. Expresan sus sentimientos con relativa facilidad, cuentan con una buena capacidad de intimar con los demás y se permiten pedir ayuda si es necesario. Pueden establecer relaciones simétricas, basadas en la confianza y el apoyo mutuo.
2. Apego inseguro en la adultez
Apego ambivalente o ansioso en la adultez
En los adultos con un apego ambivalente/ansioso suele predominar una visión del sí mismo negativa y del otro positiva, reforzando la necesidad de tener siempre al otro presente, para que le ayude a regular su ansiedad o le aporte una validación que no consigue generar él mismo (inseguridad). En las relaciones hay una tendencia a la “hiperactivación” del apego, amplificándolo y buscando al otro, persiguiendo evitar un temido –y, según ellos, probable– abandono o rechazo. Esta dinámica muchas veces acaba, en una suerte de profecía autocumplida, conduciendo a la realización del propio temor, reforzando una posible dependencia emocional. En psicoterapia, se persigue poder ayudar a mejorar la identificación de estos patrones y modular su autorregulación emocional sin necesidad de otro, así como fomentar la capacidad de tomar sus propias decisiones teniendo en cuenta sus necesidades y deseos.
Apego evitativo en la adultez
Los adultos con un apego evitativo han aprendido a reprimir su mundo emocional y buscan mantener o proyectar una imagen de independencia y autosuficiencia. Al retirarse del apego, hay una tendencia a distanciarse de su propia experiencia emocional y de los demás. A nivel consciente, hay una visión del sí mismo como alguien fuerte y completo y del otro como poco fiable o inadecuado. Se conjetura que este primer modelo compensa una visión inconsciente de un yo imperfecto e indefenso y de un otro que, como sus padres, reaccionará a su búsqueda de protección con rechazo y punición. De esta manera, a primera vista hay una franca dificultad en pedir ayuda y confiar en el otro –hay una desactivación del apego, planteando al otro como no necesario– y en ser percibido como alguien vulnerable. En terapia se procura ayudar al paciente a integrar las emociones, satisfacciones y deseos asociados a los vínculos íntimos, aspecto disociado por su defensa desactivadora y poder empezar a percibirse a sí mismos como vulnerables y, al mismo tiempo, poder depender de manera regulada del otro.
El apego desorganizado en la adultez
Finalmente, las personas con un estilo de apego desorganizado vienen marcadas por la experiencia de que un lugar presumiblemente seguro hay sido vivido, simultáneamente, como amenazador (muchas veces fruto de experiencias traumáticas). De aquí que el mundo se perciba como un entorno hostil, en el que se sienten amenazados. Suele haber dificultades en la regulación emocional, recurriendo a estrategias impulsivas o descontroladas de regulación donde predomina la disociación. También prevalece una elevada contradicción en la vivencia interna de ellos mismos y del otro, predominando la construcción de relaciones caóticas, extremas y turbulentas. Suelen convivir de manera escindida un elevado miedo al abandono junto a dificultades en la intimidad y la confianza. En psicoterapia, será fundamental la creación de un vínculo seguro en el que poder “revisitar” estas experiencias y con la intención de procurar la integración de aquellos elementos escindidos. La introducción de herramientas de regulación emocional puede ser muy importante a la hora de poder adoptar nuevas maneras de regularse más adaptativas para después poder seguir un trabajo reflexivo.
-
Las flores de Bach son uno de los representantes de la medicina alternativa y complementaria que se ha hecho más popular y difundida en nuestro país. Se trata de un sistema de 38 esencias florales descubiertas en 1930 por el médico británico Edward Bach, bacteriólogo y patólogo, en un intento por desarrollar una terapia capaz de tratar a cada individuo como un ser completo, y no sólo a la enfermedad que padece.
Las Flores de Bach se utilizan en el tratamiento de enfermedades físicas y psicosomáticas, así como para el tratamiento de diferentes Trastornos Psicológicos o Emocionales.
Las esencias florales ayudan a recuperar el balance interno, y sostener las descompensaciones emocionales y energéticas implícitas en el estrés.
-
BIODINÁMICA CRANEO-SACRAL
Hace más de 100 años un grupo de médicos osteópatas se dieron cuenta de que además de los latidos del corazón y del movimiento de la respiración había otra contracción-expansión más en el cuerpo que genera unos movimientos rítmicos, pero mucho más lentos.
El osteópata norteamericano William G. Sutherland, quien después de muchos años de investigaciones comprobó que los huesos del cráneo no están soldados unos con otros y que experimentan una pulsación que se mueve desde el eje central del cuerpo (dónde se ubica el sistema nervioso central), hasta la periferia y viceversa.
Esa pulsación, que se expresa en todo el cuerpo, se debería a la fluctuación del líquido cefalorraquídeo y está relacionada con unas corrientes energéticas llamadas mareas. Los discípulos del doctor Sutherland continuaron desarrollando técnicas hasta llegar a lo que hoy en día se conoce como terapia biodinámica cráneo-sacral, que busca ayudar a restablecer los procesos naturales de equilibrio y curación del cuerpo. Al colocar las manos suavemente sobre distintas partes del cuerpo y a través de una alta concentración, el terapeuta escucha las sutiles vibraciones y las acompaña para que el cuerpo equilibre dichas pulsaciones.
El estrés de la vida cotidiana nos lleva a que ciertas zonas del cuerpo sufran contracturas, impidiendo que los líquidos internos circulen bien. La sangre debe circular bien y si hay una arteria con lumen (espacio) disminuido no podrá hacerlo.
Lo que hace esta terapia es trabajar con las “mareas” las cuales fluyen desde un eje central que va por dentro de la columna y del sistema nervioso central, ayudando a que todo circule de forma natural y vuelva a su lugar correcto.
Las tensiones liberadas en la sesión y la energía que antes se usaba para mantener la contracción, pueden llevar a sentir una relajación intensa, que permitirá a la persona conectar con su yo más profundo. Es un diálogo con la anatomía del cuerpo, los huesos, los tejidos y los órganos, a través del cual se puede lograr reconectar los cables que habían quedado desconectados entre distintas partes del cuerpo. El resultado puede llevar a la persona a aumentar su vitalidad y de esta forma utilizar los propios recursos para regularse.
Esta regulación no va sólo en el plano físico, sino también en la esfera emocional, ya que busca conseguir que la persona sea más consciente y receptiva de su propio cuerpo, sobre todo para identificar mejor los mensajes que éste le envía en aquellas circunstancias de su vida que provocan mayor ansiedad o estrés, esta técnica ofrece buenos resultados en caso de jaquecas, dolor crónico, inflamaciones en general y depresión, entre otros.
Durante la sesión normalmente se entra en un estado medio, ni despiertos ni dormidos, es un estado meditativo profundo donde somos conscientes de lo que está sucediendo y nos pueden llegar imágenes, sentimos el cuerpo de una manera más profunda y tenemos pensamientos clarificadores - todo ello es posible ya que hacemos un puente entre el consciente y el inconsciente.
MÚSICA Y SONIDO BILATERAL
La música bilateral alterna sonidos diferentes en el oído izquierdo y el derecho, estimula ambos hemisferios cerebrales de forma alterna potenciando la actividad del cerebro y la conexión interhemisférica entre otros beneficios. Es importante escucharla con auriculares.
Se pueden conseguir resultados muy positivos para un mejor estado de bienestar mental y físico:
Relajación y disminución de estrés/ansiedad
Aumento de la creatividad.
Procesamiento de situaciones y pensamientos negativos. Se trata de visualizar el evento o la imagen que preocupa o duele, cerrar los ojos, escuchar la música y esperar. Poco a poco la imagen va modificándose o virando para ser procesada emocionalmente.
Mayor equilibrio interno y sensación de paz mental. Mayor conexión con uno mismo.
Mayor concentración.
Procesar recuerdos traumáticos.
Cambiar creencias limitantes.
Desensibilizar emociones negativas.
Las personas tenemos un sistema de procesamiento de la información innato, fisiológicamente orientado a elaborar las informaciones para que sean adaptativas, informaciones que han sido almacenadas en forma de recuerdos a lo largo de la vida. Técnicas como la Estimulación Bilateral cambian el modo en que se almacenó dicho recuerdo, es decir, facilitan el neuro procesamiento de las vivencias con el objetivo de mejorar el funcionamiento del individuo.
¿Qué te parecería combinar las dos técnicas en una misma sesión? Te invito a experimentarlo.
-
Un cuenco alquímico compuesto por 5 metales, realizando masajes en los puntos marmas del pie.
Entre sus propiedades:
Profunda relajación
Equilibra el «Agni» = Fuego del cuerpo
Mejora la visión
Calma los nervios
Estimula a la persona deprimida
Combate el insomnio